Adelmo Manasseri, Anabel Salafia, Antonia Magalhaes, Clelia Conde, Diane Chauvelot, Elena Gomez, Enrique Millán, Enrique Rattín, Francisco Gonzalez Cobreros, Gérard Pommier, Gonzalo Garay, Graciela Berraute, Graciela Graham, Héctor Franch, Iaci Torres Padua, María Ramírez, Marta Nardi, Osvaldo Arribas, Patricia Cuestas, Robson Freitas Pereira, Ursula Kirsch, Victor Iunger, Zulema Pinasco Habíamos visto, en los principios de la cristiandad, una histeria elitista sublevando las grandes almas, entrañando la admiración, el amor; incluso la beatificación. Una Blandine, heroína sentada desnuda sobre una silla de metal al rojo vivo, incomodando a los espectadores por el olor a carne quemada, conservando en su vista, plena de dulzura y éxtasis, la alegría de su diálogo con Dios: estaba en el umbral de la condición humana. Para Blandine, como para todos los mártires de nuestro mito cristiano, la histeria era bien elitista, reservada para aquellos poseídos por Dios. Claro que también estaban las poseídas por el Diablo. En nuestros días, no importa quién, puede ser poseído, ni por Dios ni por el Diablo: lo inhumano no tiene que ser invocado. No importa quién, sin vocación especial, puede ser poseído por sí mismo, u otro aspecto de sí mismo. La histeria de hoy, develada por los trabajos sobre el inconsciente, no se refiere ni a Dios ni al Diablo, sino al hombre mismo, al ser parlante. Está al alcance de…
Alfredo Jerusalinsky, Anabel Salafia, Carlos Farrés Snelders, Contardo Calligaris, Delia Elmer, Diego Halfón-Laksman, Enrique Millán , Gerardo García , Jorge Fukelman , José Milano , Noemí Sirota, Norberto Ferreyra, Osvaldo Arribas, Renata Appel, Roberto Harari, Susana Palacios, Verónica Cohen, Victor Iunger, Zulema Pinasco ¿Por qué equivocación? Y ¿por qué sexual? La dimensión de la equivocación es coextensiva de lo inconsciente freudiano: los actos fallidos, los equívocos del habla, los lapsus de escritura, en suma, los actos sintomáticos o lo que luego –con Lacan– se dio en llamar formaciones del inconsciente. Lo que descubre el psicoanálisis es que esas equivocaciones no se producen sin relación con la verdad. Pero no es el único nivel en el que encontramos la equivocación. También la encontramos a nivel del sexo cuando el sujeto reclama para sí otro sexo que el que la naturaleza le ha dado, o también, cuando el sujeto se denuncia a sí mismo no siendo suficientemente hombre o no siendo la mujer que debería o esperaría ser. Estos enunciados denotan, por un lado, la insuficiencia de las determinantes biológicas para asegurar el sexo, por el otro, la función del ideal supliendo esta insuficiencia. Para los psicoanalistas, además, esto conlleva otras preguntas. Si siempre hemos distinguido la irrupción del inconsciente por lo que la conciencia distingue como equivocación, y al mismo tiempo, el…